lunes, mayo 15, 2006
Nacidos antes de 1975 (cuando no había seguridad)
Esto anda circulando por la Red.
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.
Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos
nuestra infancia y juventud esperando.
Teníamos que hacer "dos horas de digestión" para no
morirnos en el agua, dos horas de siesta para poder
descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del
domingo hasta la hora de la comunión, los dolores se
curaban esperando.
> Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de
seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h.
con cinco personas en un 600 y no sufríamos el
síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas
con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco, hacíamos
auto-stop, más tarde en moto, sin papeles.
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
Jugábamos a ver quién era el más bestia.
Pasábamos horas construyendo carros para bajar por
las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos
olvidado los frenos.
Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni
dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el
día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de
la calle.
Nadie podía localizarnos. No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había
ninguna ley para castigar a los culpables.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y
no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con
mercromina y unos puntos.
Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y
aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos
obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Compartimos botellas de refrescos o lo que se
pudiera beber y nadie se contagió de nada.
Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras
madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre
caliente.
Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera
quedábamos, salíamos a la calle y allí nos
encontrábamos y jugábamos a las chapas, a coger, al
rescate, a la taba..., en fin, tecnología punta.
Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y
llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir
permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en
el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo
conseguimos?
Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de
fútbol. Bebíamos agua directamente del grifo, sin
embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo de las
fuentes públicas...
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta
de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin
adultos, ¡¡DIOS MÍO!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban
en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que
aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como
otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban
exámenes extra!
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos
horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN
15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero
sabíamos construir fantásticos castillos de arena con
foso y pescar con arpón.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para
tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ": D"
": P".
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad,
y aprendimos a crecer con todo ello.
No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas.
Si tú eres de los de antes..........
¡Enhorabuena!
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.
Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos
nuestra infancia y juventud esperando.
Teníamos que hacer "dos horas de digestión" para no
morirnos en el agua, dos horas de siesta para poder
descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del
domingo hasta la hora de la comunión, los dolores se
curaban esperando.
> Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de
seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h.
con cinco personas en un 600 y no sufríamos el
síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas
con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco, hacíamos
auto-stop, más tarde en moto, sin papeles.
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
Jugábamos a ver quién era el más bestia.
Pasábamos horas construyendo carros para bajar por
las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos
olvidado los frenos.
Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni
dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el
día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de
la calle.
Nadie podía localizarnos. No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había
ninguna ley para castigar a los culpables.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y
no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con
mercromina y unos puntos.
Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y
aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos
obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Compartimos botellas de refrescos o lo que se
pudiera beber y nadie se contagió de nada.
Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras
madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre
caliente.
Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera
quedábamos, salíamos a la calle y allí nos
encontrábamos y jugábamos a las chapas, a coger, al
rescate, a la taba..., en fin, tecnología punta.
Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y
llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir
permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en
el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo
conseguimos?
Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de
fútbol. Bebíamos agua directamente del grifo, sin
embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo de las
fuentes públicas...
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta
de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin
adultos, ¡¡DIOS MÍO!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban
en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que
aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como
otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban
exámenes extra!
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos
horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN
15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero
sabíamos construir fantásticos castillos de arena con
foso y pescar con arpón.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para
tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ": D"
": P".
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad,
y aprendimos a crecer con todo ello.
No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas.
Si tú eres de los de antes..........
¡Enhorabuena!