jueves, agosto 17, 2006

 

La industria del Holocausto


Algo se está moviendo en el Planeta; seguramente, afrontamos el origen del Mal, con mayúsculas. Ayer, el presidente iraní, el auténtico líder mundial del momento, junto a Hugo Chávez, reclamó que las Naciones Unidas expulsen del Consejo de Seguridad de la ONU a Gran Bretaña y Estados Unidos por haber pospuesto la resolución del alto el fuego que hubiera salvado la vida de miles de personas. Recemos para que se lleve a cabo.
Mientras en España la gente empieza a encontrar la sincronicidad entre los fuegos de Galicia y las victorias electorales del PP, las televisiones norteamericanas comienzan a hacerse eco de las teorías de la conspiración. En www.rafapal.com , encontraréis sendos videos, de la NBC (10 coincidencias de falsos ataques terroristas en momentos difíciles para los sionistas-neocons) y de la Fox, en el que se cita a Alex Jones hablando del peligro de un atentado en octubre, antes de las elecciones a diputados.
Como os decía ayer, el libro “La industria del Holocausto” aclara de manera rotunda, con todo lujo de citas, documentos y declaraciones, cómo los judíos sionistas vienen extorsionando a los alemanes desde 1952 y obteniendo fondos para armarse. En principio, las organizaciones que representan familiares de las víctimas de esa supuesta matanza, han recibido en concepto de indemnización por parte del gobierno alemán, hasta el año 2000, 60.000 millones de dólares. La realidad es que organizaciones como el Congreso Judío Americano, la logia masónica Bi’ nai Brith y la Conferencia sobre Solicitudes Materiales Judías contra Alemania se han ocupado de gestionar ese dinero. La madre del autor del libro, Norman Finkelstein, que sobrevivió al gueto de Varsovia, sólo recibió 3.500 dólares, mientras que, como reconoce el propio autor, muchas personas que jamás habían estado encerrados, recibieron cientos de miles de dólares. En una comparencia parlamentaria de 23 de febrero del 2000, el gobierno alemán reconoció que sólo alrededor del 15% del dinero entregado a la Conferencia de Solicitudes Materiales llegó a las víctimas realmente. ¿A dónde fue ese dinero?
Parece claro, ¿no? A través de las organizaciones citadas, acabó en el estado de Israel, que lo ha utilizado para armarse hasta los dientes y convertirse en el ejército más potente de la zon. Así pues, el Holocausto ha sido el culpable de las bombas que han matado a palestinos y libaneses. ¿Comprendéis ahora por qué se niegan a que se investigue?
En España tenemos un ejemplo paradigmático, el presidente de esta organización para reparar a las víctimas del Holocausto, que se demostró, hace tres o cuatro años, que no vivió el Holocausto; muchos lo recordaréis. Un gran escándalo que se cerró con la boca pequeña.
Desde su condición de judío, Finkelstein reconoce que el Holocauto (con mayúsculas) como suceso histórico, UNICO E IRREPETIBLE, empezó a gestarse a finales de los cincuenta-sesenta, hasta entonces, ni a los propios judíos les interesaba demasiado, y este hecho, coincidió, claro está, con la llega de esos fondos . A ello contribuyeron tremendamente varios libros supuestamente autobiográficos, que se han demostrado falsos (Finkelstein no habla del diario de Ana Frank, que no fue escrito por ninguna niña, como se creía). Tanto The Painted Bird, del exiliado polaco Jerzy Korsinsky (un relato de las andanzas de un niño por la Polonia rural) como Fragments, de Binjamin Wilkomirsky, basado en el anterior, son inventados, con el agravante de que el segundo, galardonado con diversos premios de literatura judía, ni siquiera es hebreo.
Finkelstein argumenta que el Holocausto, con mayúscula, fue una construcción ideológica para fundamentar el apoyo de Estados Unidos a Israel y, de paso, acallar al resto del mundo. El reputado escritor israeli, Boas Evron, afirma que “la conciencia del Holocausto es en realidad un adoctrinamiento propagandístico oficial, una producción masiva de consignas y falsas visiones del mundo, cuyo verdadero objetivo no es en absoluto la comprensión del pasado sino la manipulación del presente”. Esta manipulación se basa en su concepción de hecho “irrepetible y sin parangón”, a la manera de una religión mistérica. Elie Wiesel afirma que el Holocausto “es imposible de comprender ni de describir, y nunca será comprendido ni transmitido”. (Wiesel da conferencias a razón de 25.000 dólares, con limusina incluida, en la que que revela que “el secreto de la verdad de Auschwitz radica en el silencio”).
Al igual que comentaba yo mismo hace semanas, esa singularidad del Holocausto le da al pueblo judío una COARTADA ante el resto de seres humanos, lo que, para Boas Evron, “equivale a todas luces a cultivar deliberadamente la paranoia... Esta mentalidad perdona de antemano cuaquier trato inhumano que se inflija a los no judíos, ya que la mitología dominante sostiene que todo el mundo colaboró con los nazis para destruir a la comunidad judía”.
Según Nathan y Ruth Ann Perlmutter, el antisemitismo surgió “de los celos y resentimientos que sentían los gentiles porque los judíos superasen a los cristianos en el mundo mercantil”.
El último capítulo de esta PELÍCULA que tanto afecta a la realidad que vivimos, es el asunto del oro judío en las cuentas de Suiza. Seguro que muchos lo recordáis porque la polémica ha ocurrido hace pocos años, pero también es muy probable que no hayáis comprendido nada, como yo, hasta ahora: con los datos que proporciona Finkelstein, se entiende muy bien, y te puedes hasta reír, porque de verdad que es delirante.
Veréis, ésta es una lucha de perros boxer (los banqueros suizos) con perros pitbul (los rabinos y las organizaciones sionistas). Un día, las organizaciones sionistas empiezan a hablar de que muchos judíos depositaron en bancos suizos su dinero y oro pero, a consecuencia de su desaparición, esas cuentas no fueron reclamadas por sus familiares. Los sionistas (Elie Wiesel , Simon Wiesenthal y después, el Consejo de comunidades judías) llegan a los banqueros y les dicen que quieren 20.000 millones de dólares, y amenazan con demandas a mogollón (el 40% de los despachos de abogados punteros de Nueva York, son judíos). Ya conocéis como se las gastan los abogados americanos con el tema del tabaco y el cáncer, ¿no?
Los banqueros suizos responden que lo más que pueden hacer es realizar una auditoría y, después de soportar el acoso de los medios de comunicación mundiales, ofrecen 600 millones, aunque el valor de las cuentas se sitúa entre 170 y 269 millones de dólares. Los sionistas les responden con argumentos pesados: los bancos norteamericanos controlados por judíos amenazan con retirar sus fondos de pensiones de bancos suizos. Al final, después de varios años y 600 millones de dólares empleados para defenderse de la “industria del Holocausto”, los banqueros avienen a pagar 1.250 millones. El acuerdo iba encaminado a reparar tres grupos de personas: reclamantes de cuentas inactivas domiciliadas en Suiza, aquellos a los que este país había negado asilo y víctimas del régimen de trabajo esclavista”.
Lo mejor de todo es que, para justificar el dinero que reclamaban, las organizaciones sionistas aumentaron enormemente la cifra tradicional de supervivientes del Holocausto (100.000) con lo que, de paso, desmontaban el mito de que nadie salía vivo de allí y, de paso, ¡acercaban las cifras a lo que mantenían los negacionistas del exterminio judío! ¡A finales del año 2000, de acuerdo a las organizaciones judías, HABÍA EL DOBLE DE SUPERVIVIENTES DEL HOLOCAUSTO QUE EN 1945! (Un argumento para apoyar la superioridad de la raza judía, sin duda).
Cosas como éstas, son las que hicieron decir a la madre de Finkelstein (orgullosa señora que durante muchos años se negó a sacar tajada de esos hechos)., “si todas las personas que dicen haber sobrevivido el Holocausto, lo hicieron: ¿a quién mató Hitler?”.
Ni que decir tiene que los judíos “de a pie” no han visto el dinero de esas reclamaciones. ¿Adivinamos a donde han ido a parar?”
Otros de los datos que quizás os llamarán la atención, es que en Estados Unidos existen 7 GRANDES MUSEOS DEL HOLOCAUSTO (ninguno sobre los indios o los negros que, al fin y al cabo, son de allí) y más de cuatrocientas cátedras universitarias sobre el tema, aparte de que el día del Holocausto se celebra en todos los estados.
El cuarenta por ciento de los estadounidenses galardonados con el Premio Nobel del área científica y económica son judíos, al igual que el veinte por ciento de los catedráticos de grandes universidades. 16 de las 40 primeras fortunas estadounidenses son judías y su renta per cápita duplica la de los no judíos. Todos estos datos provienen, repito, de un judío, con conciencia, Norman Finkelstein.
El libro “La industria del Holocausto” tiene 200 páginas y, más que leerse, ¡se devora!

Comments:
hola,la verdad que me gustaria saber si tiene q ver algo con la historia de mi familia.soy noelia korsinsky
 
norman finkelstein, american radical, false flag opposition ?
 
بهاء سلطان
 
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