lunes, octubre 02, 2006
El clero, impulsor del movimiento gay
Leed con atención esta jugosa información acerca de la cantidad de personas que "descubrieron" la homosexualidad a través de la iglesia católica.
Hábitos (sexuales) del clero
Pedro Miguel
Una investigación de la Universidad de Salamanca, realizada por Félix López, catedrático de Sicología de la Sexualidad, permitió cuantificar los abusos sexuales a menores cometidos por el clero en España. Según el documento, 19 por ciento de la población española sufrió abusos sexuales antes de llegar a la mayoría de edad; en 8.6 por ciento de los casos en varones y 0.99 por ciento en mujeres, el victimario resultó ser un sacerdote católico; en suma, el clero carga con la responsabilidad de 4.17 por ciento de los abusos a menores españoles. El cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, asumió datos presentados en un libro de Philip Kenkins -Pedophilia and Priests, Pedofilia y sacerdocio-, según los cuales alrededor de 3 por ciento del clero estadunidense tendría tendencia al abuso de menores y 0.3 del total sería pederasta. Estos porcentajes, extrapolados al resto del mundo, en donde hay 405 mil sacerdotes ordenados, dan que 12 mil 150 de ellos abusarían de menores y que mil 216 serían propiamente pedófilos. Richard Sipe, sacerdote secularizado y sicoterapeuta especializado en el tratamiento a curas y a víctimas de sus abusos, estima en un 6 por ciento el total de sacerdotes estadunidenses que ha mantenido algún tipo de contacto sexual con menores, 4 por ciento de ellos implicados en relaciones sexuales con adolescentes y 2 por ciento con menores que rozan la pubertad. Si al total planetario de curas se le aplican esos porcentajes, se obtendría un total de 24 mil que han mantenido relaciones sexuales con menores, entre adolescentes y prepubertos. Si se proyecta al total de la nómina católica los porcentajes para España de los sacerdotes que soban a niños o que cometen con ellos abusos sexuales más graves -masturbación, sexo oral, coito-, se obtiene un total de 60 mil 750 y de 16 mil 200, respectivamente.
Lo anterior está extraído de una ponencia presentada en septiembre de 2003 en Roma, en la convención Il Potere Temporale della Chiesa cattolica (El poder temporal de la Iglesia católica). Su autor es el célebre Pepe Rodríguez, periodista, sectólogo, eminencia en sexología clerical, personaje ya conocido en esta columna y autor de, entre otros, La vida sexual del clero, Adicción a sectas, Pederastia en la Iglesia católica y Mentiras fundamentales de la Iglesia católica. Hugo Valdemar Romero estará muy en su derecho de coincidir o de disentir de las cifras de Pepe Rodríguez y hasta de descalificarlo como "enemigo de la Iglesia"; pero como en su misiva solicita que se haga pública la metodología con que fueron obtenidas las cifras que cita Alma Muñoz, le paso el dato de la correspondiente a los números de aquí arriba, con todo y objetivos, hipótesis, población, problemas previos y metodológicos, planteo de la investigación, datos aportados por cada una de las muestras empleadas y conclusiones. Algo es algo. Con base en ese instrumental metodológico, Rodríguez realizó, hace poco más de una década, esta gráfica sobre las prácticas sexuales del clero español. Tal vez de entonces a la fecha los curas de la Madre Patria se hayan vuelto de veras castos, pero también es posible que deba incluirse en las categorías referidas algunas prácticas de moda que no fueron tomadas en cuenta en 1995.
www.jornada.unam.mx/2006/09/26/022n1pol.php
www.jornada.unam.mx/2006/09/27/correo.php
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/CDC_Encubrimiento_delitos_sexuales_clero%20_Roma.pdf
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/Sexo_clero_metodologia.htm
www.pepe-rodriguez.com/Sexo_clero/Habitos_sexclero.gif
www.jornada.unam.mx/2005/04/24/041o1soc.php
Uno de los textos más interesantes del autor al que me refiero es un análisis del encubrimiento regular que se practica en las filas del clero católico a los responsables de delitos sexuales. El motivo de esa protección sistemática brindada por los jerarca eclesiásticos a los cuas pederastas no está en una mala interpretacion del precepto evangélico "Dejad que los niños se acerquen a mí", y tampoco necesariamente en una identificación de camaradas con los agresores manifiestos. La razón es más honda y va más allá del espíritu de cuerpo que caracteriza a la institución: reside en leyes, normas e instrucciones papales que prescriben "lavar la ropa sucia en casa", como se dice en el habla popular.
Por tradición, las leyes eclesiásticas no disinguen entre pecado y delito porque el segundo es una figura que pertenece al ámbito del derecho secular. La Iglesia quiere -y lo dice sin empacho- hacerse cargo de "sus" pecadores, independientemente de que sean o no delincuentes. En este punto El Vaticano se parece al gobierno de Estados Unidos que no reconoce la potestad de la Corte Penal Internacional para conocer y juzgar los crímenes cometidos por funcionarios estadunidenses. Roma quiere a "sus" transgresores y demanda a sacerdotes, obispos, arzobispos, e incluso a laicos, que las faltas de los religiosos sean mantenidas en el más estricto secreto frente al mundo secular, el cual, oh coincidencia, incluye a las autoridades judiciales formalmente constituidas.
La aplicación de los preceptos arriba señalados se refuerza por medio del secreto de confesión. En el ámbito católico es habitual que tanto los agredidos por sacerdotes como los sacerdotes agresores sean compelidos a formular sus testimonios en el formato de una confesión. Con ello, la Iglesia se asegura que las historias correspondienes no salgan de sus filas.
Echenle un ojo a lo que sigue y decidan por su propia cuenta si se trata de otra "hipótesis delirante".
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/Sexo_clero_der_canon.htm
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/CDC_Encubrimiento_delitos_sexuales_clero%20_Roma.pdf
www.vatican.va/archive/ESL0020/_IDEX.HTM
www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motuprprio_21111987_
quo-civiumiura_it.html
//ara.amnesty.org/pages/icc-US_threats-esl
Hábitos (sexuales) del clero
Pedro Miguel
Una investigación de la Universidad de Salamanca, realizada por Félix López, catedrático de Sicología de la Sexualidad, permitió cuantificar los abusos sexuales a menores cometidos por el clero en España. Según el documento, 19 por ciento de la población española sufrió abusos sexuales antes de llegar a la mayoría de edad; en 8.6 por ciento de los casos en varones y 0.99 por ciento en mujeres, el victimario resultó ser un sacerdote católico; en suma, el clero carga con la responsabilidad de 4.17 por ciento de los abusos a menores españoles. El cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, asumió datos presentados en un libro de Philip Kenkins -Pedophilia and Priests, Pedofilia y sacerdocio-, según los cuales alrededor de 3 por ciento del clero estadunidense tendría tendencia al abuso de menores y 0.3 del total sería pederasta. Estos porcentajes, extrapolados al resto del mundo, en donde hay 405 mil sacerdotes ordenados, dan que 12 mil 150 de ellos abusarían de menores y que mil 216 serían propiamente pedófilos. Richard Sipe, sacerdote secularizado y sicoterapeuta especializado en el tratamiento a curas y a víctimas de sus abusos, estima en un 6 por ciento el total de sacerdotes estadunidenses que ha mantenido algún tipo de contacto sexual con menores, 4 por ciento de ellos implicados en relaciones sexuales con adolescentes y 2 por ciento con menores que rozan la pubertad. Si al total planetario de curas se le aplican esos porcentajes, se obtendría un total de 24 mil que han mantenido relaciones sexuales con menores, entre adolescentes y prepubertos. Si se proyecta al total de la nómina católica los porcentajes para España de los sacerdotes que soban a niños o que cometen con ellos abusos sexuales más graves -masturbación, sexo oral, coito-, se obtiene un total de 60 mil 750 y de 16 mil 200, respectivamente.
Lo anterior está extraído de una ponencia presentada en septiembre de 2003 en Roma, en la convención Il Potere Temporale della Chiesa cattolica (El poder temporal de la Iglesia católica). Su autor es el célebre Pepe Rodríguez, periodista, sectólogo, eminencia en sexología clerical, personaje ya conocido en esta columna y autor de, entre otros, La vida sexual del clero, Adicción a sectas, Pederastia en la Iglesia católica y Mentiras fundamentales de la Iglesia católica. Hugo Valdemar Romero estará muy en su derecho de coincidir o de disentir de las cifras de Pepe Rodríguez y hasta de descalificarlo como "enemigo de la Iglesia"; pero como en su misiva solicita que se haga pública la metodología con que fueron obtenidas las cifras que cita Alma Muñoz, le paso el dato de la correspondiente a los números de aquí arriba, con todo y objetivos, hipótesis, población, problemas previos y metodológicos, planteo de la investigación, datos aportados por cada una de las muestras empleadas y conclusiones. Algo es algo. Con base en ese instrumental metodológico, Rodríguez realizó, hace poco más de una década, esta gráfica sobre las prácticas sexuales del clero español. Tal vez de entonces a la fecha los curas de la Madre Patria se hayan vuelto de veras castos, pero también es posible que deba incluirse en las categorías referidas algunas prácticas de moda que no fueron tomadas en cuenta en 1995.
www.jornada.unam.mx/2006/09/26/022n1pol.php
www.jornada.unam.mx/2006/09/27/correo.php
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/CDC_Encubrimiento_delitos_sexuales_clero%20_Roma.pdf
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/Sexo_clero_metodologia.htm
www.pepe-rodriguez.com/Sexo_clero/Habitos_sexclero.gif
www.jornada.unam.mx/2005/04/24/041o1soc.php
Uno de los textos más interesantes del autor al que me refiero es un análisis del encubrimiento regular que se practica en las filas del clero católico a los responsables de delitos sexuales. El motivo de esa protección sistemática brindada por los jerarca eclesiásticos a los cuas pederastas no está en una mala interpretacion del precepto evangélico "Dejad que los niños se acerquen a mí", y tampoco necesariamente en una identificación de camaradas con los agresores manifiestos. La razón es más honda y va más allá del espíritu de cuerpo que caracteriza a la institución: reside en leyes, normas e instrucciones papales que prescriben "lavar la ropa sucia en casa", como se dice en el habla popular.
Por tradición, las leyes eclesiásticas no disinguen entre pecado y delito porque el segundo es una figura que pertenece al ámbito del derecho secular. La Iglesia quiere -y lo dice sin empacho- hacerse cargo de "sus" pecadores, independientemente de que sean o no delincuentes. En este punto El Vaticano se parece al gobierno de Estados Unidos que no reconoce la potestad de la Corte Penal Internacional para conocer y juzgar los crímenes cometidos por funcionarios estadunidenses. Roma quiere a "sus" transgresores y demanda a sacerdotes, obispos, arzobispos, e incluso a laicos, que las faltas de los religiosos sean mantenidas en el más estricto secreto frente al mundo secular, el cual, oh coincidencia, incluye a las autoridades judiciales formalmente constituidas.
La aplicación de los preceptos arriba señalados se refuerza por medio del secreto de confesión. En el ámbito católico es habitual que tanto los agredidos por sacerdotes como los sacerdotes agresores sean compelidos a formular sus testimonios en el formato de una confesión. Con ello, la Iglesia se asegura que las historias correspondienes no salgan de sus filas.
Echenle un ojo a lo que sigue y decidan por su propia cuenta si se trata de otra "hipótesis delirante".
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/Sexo_clero_der_canon.htm
www.peperodriguez.com/Sexo_clero/CDC_Encubrimiento_delitos_sexuales_clero%20_Roma.pdf
www.vatican.va/archive/ESL0020/_IDEX.HTM
www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motuprprio_21111987_
quo-civiumiura_it.html
//ara.amnesty.org/pages/icc-US_threats-esl